Los niños no nacen obedientes, hay que enseñarlos… Primeramente, es necesaria la paciencia, tener constancia y saber como pedirle a tu hijo que lo haga.
Hay que poner los límites claros al niño (a), ser amables, mantener la calma y pedírselo de buena manera a la vez que somos firmes. Por ejemplo, mandas a dormir a tu hijo (a) a porque ya es hora y él/ella no te hacen caso por estar jugando entretenidamente con algo o está viendo su película favorita. Debes pedírselo junto con alguna alternativa positiva, dile que le leerás un cuento, si tienes planes preparados dile que es hora de irse a dormir porque el siguiente día irán a algún lado que le guste, o simplemente que si obedece le pondrás un juguete al lado de su almohada para que duerma con él. Los niños pequeños son sencillos y les gustan los tratos cariñosos y amables.
Esta alternativa positiva hará que tu hijo haga las cosas con buen humor y sin que tengas que insistir mucho. Toma en cuenta que en ocasiones los niños pueden desobedecer ya que no siempre pueden ser perfectos. Elige con cuidado las palabras cuando quieras reprender, ya que puedes herir permanentemente el subconsciente de tu hijo.
Ellos tienen que tener bien claro que dentro de la familia existen reglas sencillas que hay que cumplir y si se rompen hay consecuencias. Los hijos necesitan que nosotros (padres) les demos instrucciones claras y precisas de lo que queremos que se haga. Recuerda no desesperar muy probablemente lo que haga lo hará lento o no tan bien como quisieras, poco a poco aprenderá a realizar lo que le pides. Dale siempre el buen ejemplo y todo tu apoyo, él/ella lo imitará.
Las reglas en familia son importantes para tener una mejor convivencia y crear un espacio de armonía entre padres e hijos, los padres estamos encargados de elaborarlas, evaluarlas y vigilar que funcionen. Enseñar a ser obedientes a nuestros hijos también es amor.
Comunidad ExaUdem / Artículo ExaUdem No.13 bit.ly/GRFIgO
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